miércoles, 7 de octubre de 2015

TERCER TRASTORNO: TRASTORNO DESINTEGRATIVO DE LA INFANCIA (SÍNDROME DE HELLER)





El trastorno o síndrome desintegrativo de la infancia, también conocido como síndrome de Heller o psicosis desintegrativa, es una enfermedad rara caracterizada por una aparición tardía (>2 años de edad) de retrasos en el desarrollo del lenguaje, la función social y las habilidades motrices. Los investigadores no han tenido éxito al encontrar una causa para este desorden.

Está incluido dentro del trastorno del espectro autista junto con el autismo clásico, síndrome de asperger y autismo atípico pero se suele observar un periodo aparente de desarrollo bastante normal antes de aparecer una regresión (o serie de regresiones) en las habilidades. Muchos niños ya se encuentran con algo de retraso cuando la enfermedad se hace patente, pero estas demoras no son siempre obvias en los niños más pequeños.


La edad en la cual sobreviene esta regresión varía, y puede ocurrir entre los 2 y los 10 años.




Clasificación


Se clasifica el SH dentro de las enfermedades del espectro autista, que comparte con el autismo y con el Síndrome de Asperger, puesto que muchas de sus características resultan similares. Las diferencias principales con estas dos patologías son básicamente tres: la aparición tardía del SH, la asociación de éste con convulsiones de tipo epiléptico, mucho más frecuentes que en las otras dos, y un compromiso de retraso mental mucho mayor.

Por su parte, también se consigna que se trata de una dolencia de una rareza extrema, puesto que se señala que afecta a entre 2 y 3 niños de cada 100.000, es decir, que es casi cien veces menos frecuente que el autismo, cuya estimación de ocurrencia ronda, más allá de las disputas sobre la corrección de los diagnósticos al respecto, en 20 por cada 10.000.

No existen evidencias de que la condición social o étnica produzca diferencias en la posibilidad de su padecimiento. Respecto del sexo, si bien se reportan más casos en sujetos masculinos que en femeninos, ello no resulta significativo, por resultar levemente superior el número de unos respecto de las otras.



Causas

Se desconocen las causas aunque se asocian a ciertos factores:


Algunos investigadores han visto al síndrome de Heller como una forma de autismo tardío con su propia etiología. Otros investigadores piensan que puede ser una demencia de la infancia, la causa podría ser la formación de placas amiloides en el cerebro, esta teoría aún no está probada en su fisiopatología.
Se asocia el síndrome de Heller con trastornos convulsivos y esclerosis tuberosa.

La causa de este trastorno se desconoce, pero ha sido relacionado con problemas del cerebro y del sistema nervioso. Un niño afectado por este trastorno pierde:

  • Habilidades comunicativas.
  • Comportamientos no verbales.
  • Destrezas que ya había aprendido.





SÍNTOMAS



El trastorno de aparecer suele hacerlo entre los 3 y 4 años, por lo general antes de los 10 años. El inicio puede ser repentino o gradual. Los padres y educadores no han notado ninguna anormalidad en el lenguaje, las relaciones normales o el juego. En algunos casos el niño se muestra inquieto, hiperactivo ansioso ante la pérdida de sus funciones.
Los niños/as afectados presentan regresiones o pérdidas significativas en al menos dos de la siguiente relación:

  • Jugar
  • El lenguaje, las habilidades sociales
  • Las habilidades motoras
  • El control de la vejiga y del intestino.


El signo más importante de este trastorno es la pérdida de los hitos fundamentales del desarrollo. Generalmente, el diagnóstico se hace si el niño ha perdido funcionalidad en al menos dos áreas del desarrollo. Los síntomas más característicos son:

  • Retraso o ausencia de lenguaje hablado
  • Deterioro de conductas no verbales
  • Incapacidad de iniciar o mantener una conversación
  • Ausencia de juego
  • Pérdida del control de esfínteres
  • Pérdida de destrezas comunicativas o lingüísticas
  • Pérdida de habilidades motoras
  • Pérdida de destrezas sociales
  • Problemas para establecer relaciones con otros niños y miembros de la familia.






ADECUACIONES
CURRICULARES









Lo primero que hay que tener en cuenta es que el autismo no tiene cura, por lo tanto acompañará al niño durante todo su periplo vital. Lo que sí tiene es tratamiento, que de realizarse adecuadamente pueden contribuir eficazmente a su desarrollo y bienestar.

El grado de mejoría e integración social de un alumno con autismo no depende exclusivamente de la educación que reciba, puesto que influyen otros muchos factores como: tipo de autismo, grado de afectación y entorno familiar y social. Sin embargo, está demostrado que una educación de calidad, donde se utilicen métodos y terapias adecuadas y estimulantes, y siempre que sea posible en el aula ordinaria, es fundamental en el desarrollo de estos niños.

La intervención educativa de un niño autista debe realizarse siempre bajo la supervisión y apoyo de personal especializado o con formación específica. Es muy importante que tenga un enfoque que abarque las siguientes dimensiones básicas:



  • Identidad y auto reconocimiento.
  • Capacidades de relación social.
  • Autocontrol.
  • Competencias de anticipación.




Procesos de utilización adecuada de conductas aprendidas.


Para lograr estos procesos y competencias, el maestro y los especialistas deben utilizar principalmente: terapias psicomotoras, aprendizaje por imitación y topo tipo de juegos donde prime la experimentación y la implicación de todos los sentidos.





No hay comentarios:

Publicar un comentario